Dos conceptos, ¿mismo significado?. Dos expresiones para un mismo objetivo: la asunción de una realidad que es tanto offline como online. Dos procesos básicamente similares que difieren en el grado de exigencia en su aplicación y desarrollo.
Lo que entendí por transformación digital
Transformación Digital fue un concepto que no acabé de entender cuando comencé a escucharlo. Inicialmente lo confundí con el simple hecho de tener más o menos presencia en internet, de la progresiva capacidad de ampliar el espectro de herramientas digitales, de redes sociales, de publicaciones, de formatos…
Poco a poco fui comprendiendo que es una idea que va más allá de incorporar a nuestro currículo tecnológico el manejo de un sinfín de aplicaciones y recursos.
Lo que entiendo por transformación digital
Cuando escucho el concepto “transformar”, rápidamente lo relaciono con la idea de cambio. Y no voy desencaminado porque transformar no es más que realizar un cambio sobre algo ya construido, algo creado y que está en funcionamiento.
También relaciono ambos principios, cambio y actividad, con el concepto de continuidad. Es decir, partimos de un proceso de cambio continuo, que tiene un principio pero del que se desconoce el fin.
Nos referimos a un proceso constante que requiere una ración extra de esfuerzo por parte de los agentes que intervienen en ese cambio.
Transformarse, insisto, es un proceso que requiere amoldarse a un sistema de trabajo diferente, un proceso que exige su revisión continua. Modificarlo y ajustarlo para ir construyendo un nuevo modelo organizativo o empresarial.
Transformarse es, al fin y al cabo, un proceso cultural que exige unos conocimientos sobre la realidad de tu negocio o de tu organización: objetivos, clientes/usuarios, modelo de negocio/organización, expectativas, visión, comunicación…
La transformación, queda claro, no es solo un concepto tecnológico, solo referido a cambios en las tecnologías. Va mucho más allá, es un concepto relacionado con una nueva interpretación de la gestión del trabajo, diferentes maneras de organización, de planificación, de creación y, sobre todo, una nueva manera de comunicar.
Un mensaje que tampoco debemos olvidar es que arrancar y desarrollar un proceso de transformación digital no garantiza el éxito del proyecto. Es una necesidad, sin duda, pero como todo cambio tiene sus riesgos.
Diferencias entre transformación y adaptación digital
Visto lo visto, ese otro concepto, el de “adaptación”, lo entiendo como una idea que hace referencia a la necesidad de mejora o de adecuación de determinados aspectos de nuestra actividad a nuevos contextos o exigencias.
Transformar es un concepto más “ambicioso”, más exigente, más amplio. Adaptarse significa aclimatarse a un nuevo ecosistema, sin tener que renunciar a la totalidad del modelo.
No sé si con razón o sin ella, yo asimilo la transformación a proyectos amplios, a empresas y organizaciones con capacidad y medios.
La adaptación es algo más modesto, de andar por casa, más de la calle, de pequeños negocios y organizaciones con pocos recursos, de gente como tú o como yo, con conocimientos suficientes para cuestionar y replantear su ser digital, a veces nulo, a veces escaso o mal enfocado.
De una manera o de otra sigue siendo una necesidad a la que hay que enfrentarse con más o menos recursos, con más o menos imaginación.
Adaptarse mejor que transformarse
Ya hablemos de transformación o de adaptación, se trata de generar un modelo diferente de relaciones entre clientes/usuarios, entre empresas/organizaciones, de aceptar, de interiorizar que lo offline y lo online forman parte de una misma realidad.
Una vez asumida la necesidad de adaptarnos y la asunción de estos principios comenzará el proceso de digitalización, teniendo presente que no es un fin, no es el objetivo final, es un medio que te va a permitir alcanzar tus objetivos: mejorar en eficiencia, ampliarlos, desarrollar nuevas fórmulas y proyectos, reformular la relación con usuarios/clientes, etc.
Para finalizar, quiero recordar que en la mayoría de las ocasiones, para llevar a cabo esta adaptación es necesaria la presencia de “perfiles digitales” ejecutores del proceso, de ahí la importancia de conseguir una adecuada capacitación digital.