En estos momentos en los que parece que nos estemos digitalizando a marchas forzadas he querido comprobar cuál es la salud digital de algunas agrupaciones religiosas de carácter local, hacer un breve análisis para ver que está pasando en estos colectivos tan enraizados en los pueblos. Lo he realizado sobre las agrupaciones religiosas que más peso/prestigio tienen en el municipio de Villalba del Alcor, un núcleo con 3.500 habitantes, donde estas asociaciones son las que, en lineas generales, articulan la vida del pueblo.
Arranco con dos preguntas a las que dar respuesta. La primera referida al uso que estas asociaciones hacen de la tecnología y de la comunicación. Qué utilizan y cómo comunican. La segunda la vinculo al papel que estas organizaciones están desempeñando en esta situación de crisis.
La situación general
La situación en la que estamos inmersos ha exigido que muchos de los colectivos, instituciones, entidades, empresas y particulares se sometan a un profundo proceso de adaptación digital (un escalón que considero previo al ya generalizado concepto de Transformación Digital).
Somos conscientes que el cambio, en muchos casos será irreversible, en otros habrá que ir con cautela y en algunos menos esta situación apenas modificará los procesos y estructuras anteriores a la crisis.
Estos cambios, sean cuales sean, se van a convertir en un reto importante para muchas de estas entidades, pero, sin duda, lo que hoy es un desafío abrirá nuevas oportunidades de crecimiento en el futuro.
Las agrupaciones religiosas
En líneas generales, son colectivos que se sustentan en el peso de la tradición, el poder de los sentimientos y la fuerza de la fraternidad.
Esas mismas características contribuyen a que sean colectivos que siguen, en parte, anclados, sujetos a fórmulas de financiación, celebración y gestión del pasado, que siguen siendo perfectamente válidas. Esta dependencia no les impide integrar ciertos usos que les ayudan a «no quedarse atrás», a ser «modernas», sobre todo en materia de comunicación.
Sin duda, un difícil equilibrio entre lo inmutable de las tradiciones y lo efímero de la modernidad.
Como a cualquier organización se les exige que sean honestas, creíbles, sostenibles y transparentes. De esto saben mucho estos colectivos. Se les presupone la honestidad y la credibilidad, la sostenibilidad es la eterna incógnita de la ecuación y la transparencia es requisito irrenunciable.
El peso de su función social, (recordemos que parte de su presupuesto va destinado a obra social), de su compromiso social, exige que estos principios sean transmitidos y promovidos no solo entre sus miembros sino de cara a la sociedad, porque son parte de ella y se alimentan de sus recursos.
Ante este nuevo panorama, su exposición social y mediática va más allá de presentaciones de cuenta anuales. Ya lo he comentado, se les exigen determinados principios, que los cumplan y que los muestren.
La consistencia como colectivo frente a una sociedad cada vez más desconfiada pero también más conectada exige un mayor esfuerzo para definir y afianzar esos fundamentos: hay que identificarlos con claridad, interiorizarlos, darles una identidad reconocible y única.
Estas asociaciones se identifican con lo que son, con lo que hacen y con lo que aportan a nuestra sociedad.
Si quieren traspasar fronteras, romper límites, abrirse a nuevas oportunidades, tecnología y comunicación serán los elementos que mejor les facilitará esta tarea.
Conclusiones del análisis
Tras una una revisión rápida y superficial de la digitalización de estas organizaciones de Villalba del Alcor he sacado algunas conclusiones que comparto con vosotros, incluso antes de la exposición del breve análisis. Invirtamos los términos y veamos cuales son:
- La inexistencia de una planificación o de una estrategia de comunicación adecuada que defina, integre y promueva los valores de la organización.
- Se comunica para la comunidad propia, afín. No se genera nada para el resto de la comunidad.
- La falta de perfiles adecuados, la escasez de medios o la falta de tiempo son razones que pueden explicar en parte esta manera de comunicar.
- Esta incipiente adaptación digital tal vez sea una prueba de algo más profundo: la escasa identificación con los valores, la visión y la misión (en términos empresariales) de su organización.
- Y una última reflexión. Están perdiendo la oportunidad de aportar, de involucrarse, de liderar en unas circunstancias que exigen iniciativas y respuestas: creando campañas de información, organizando actividades online, comunicados de prensa, dirigiendo o gestionando la colaboración comunitaria (son el referente de muchas personas que con seguridad y bajo la tutela de estas marcas estarían dispuestas a colaborar, a aportar a una causa mayor, dejando a un lado cualquier tipo de diferencia política o partidista).
Análisis
La necesaria adaptación digital de muchos colectivos, asociaciones y entidades de carácter religioso (podríamos incluir los sociales y culturales) de este entorno se manifiesta en tres aspectos fundamentales:
- La escasa digitalización de estos colectivos que, en gran medida, agrupan a un importante número de usuarios, de todas las edades.
- Su actividad online se concentra en las redes sociales, concretamente vinculada al uso de una de las plataformas más populares: Facebook. Una red social que a su vez tiene sus propias peculiaridades.
- La falta de iniciativa para dar el paso y plantearse seriamente la construcción y el diseño de una identidad digital acorde con el peso de la organización.
Detalles del análisis
- No tienen web. Puede parecer que es algo secundario cuando se tiene presencia en Facebook. Solamente dos apuntes. Si solo tienes presencia en redes sociales, estás en riesgo permanente. Vives en casa de otro, de prestado. Su nombre, «red social», lo indica a la perfección: un espacio para compartir, divulgar, socializar. Pero no es la herramienta idónea para crear una identidad de grupo, de institución.
- Como ya comenté más arriba, la red estrella es Facebook. Si nos atenemos a los datos en España, Facebook es una red implantada sobre todo en una población madura. Su popularidad se debe a que quienes las gestionan se desenvuelven bien en ellas y la comunidad en torno a ella es la que en gran medida sostiene la organización. Es correcto seguir utilizándola. Ahora bien, la pregunta que se plantea es: ¿cómo nos acercamos a las nuevas generaciones, esas que ni tienen cuenta en esta red social y posiblemente nunca hayan entrado en ella?
Pasemos ahora a las publicaciones. Las podemos agrupar en:
- Fotos de actividades/eventos de la hermandad
- Referencias a actividades/eventos de otras hermandades/iglesia
- Oraciones
- Comunicados/Anuncios
- Algunos vídeos
La media de publicaciones suele ser alta, sobre todo en los periodos en los que concentran sus fiestas.
Prácticas y ejemplos
- Uso de diferentes tipos de cuentas, indistintamente. Es curioso comprobar como algunas de las cuentas oficiales de una hermandad, que son la imagen de la institución (cualquiera que hoy busque información sobre estas instituciones lo primero que hace es buscar en Internet) responden a cuentas de perfil.
- En los casos de entidades con cuentas de perfil se producen situaciones peculiares. Por ejemplo, que en la biografía aparezca que tal institución estudió en el colegio Francisco Alcalá, o que en sus actualizaciones de estado pueda escribir cualquier persona (perdiendo el control y la gestión de las propias publicaciones de la organización) ¡¡¡peligro!!!
- Aquellas que tienen una cuenta de página para la organización hacen un uso insuficiente de este herramienta.
- No hay criterio a la hora de definirse. Se definen de diferentes maneras. Incluso en las páginas de la misma organización, en un caso se definen como organización religiosa y en otro como organización sin ánimo de lucro. ¿No tienen claro lo que son?
- Alguna hay que tiene hasta tres cuentas en Facebook, dos de ellas compartiendo la foto de perfil (la imagen OFICIAL de la organización), con algunas de estás cuentas casi inactivas (actualizaciones anteriores al año 2020).
- El uso de muchas fotografías sin estructuras ni organización.
- Twitter. Algunas tienen cuentas en esta red social, pero el panorama es desolador.
- Cuentas abandonadas. La mayoría están inactivas desde hace meses. Algunas remontan sus últimas publicaciones a 2019 (la más activa), a 2017, a 2105.
- La más activa concentra mucha actividad hasta diciembre de 2019 y las más actualizada a día de hoy publicó dos twist en 2020, tres en 2019 y tres en 2028.
- Instagram. Esta infrautilizada. Si Twitter estaba abandonado, en esta red solo una organización tiene cuenta. Una cuenta para anuncios y fotos de su titular. La ultima fotografía es de 2017. Poco más hay que añadir.
Recomendación final
Como colofón a este artículo quiero añadir dos recomendaciones finales que puedan servir para adecuar y redefinir las decisiones futuras en lo que a adaptación digital se refiere.
- Crear Webs propias. Una casa propia donde concentrar, agrupar y desde donde dirigir todos los esfuerzos. La imagen de la organización. Las justificaciones para no hacerlo suelen ser de tres tipos: la falta de tiempo, la falta de recursos económicos o la falta de conocimientos. En el primer caso, se puede invertir una parte del tiempo en gestionar este apartado, uno más dentro de la organización. El segundo se resuelve con menos de 100 € anuales. El tercero puede ser más complejo pero la disponibilidad de una variada oferta con diferentes niveles de complejidad hace viable este asunto. Hay niveles que apenas exigen conocimientos para comenzar, permitiendo una gestión «casi profesional» de la web.
- En el caso de mantener una red social como centro de la vida digital de la institución, sería interesante proceder a una planificación, regulación, ordenación y definición de la propia identidad y de las publicaciones, exprimiendo todas las posibilidades que ofrecen estas redes sociales.
¿Y la segunda pregunta?
La otra gran pegunta o preguntas que planteaba al principio de este artículo van un poco más allá de lo puramente técnico o tecnológico. También lo adelantábamos un poco más arriba. Apunta a los propios cimientos de las organizaciones.
¿Qué han hecho estos colectivos durante estos meses? Capaces de movilizar recursos económicos, materiales y humanos para celebrar y festejar… ¿Qué respuesta están dando a un problema que va más allá de lo estrictamente sanitario? ¿Qué está faltando: iniciativas, ideas, liderazgo, compromiso?
Algún día tendremos que buscar respuestas a estas y a muchas otras preguntas.
Un último apunte. Anexo para internautas locales (de Villalba del Alcor)
Si eres vecino de Villalba del Alcor y has llegado hasta aquí es que te interesa el tema. Por eso para rematar este artículo te incluyo un breve análisis de la comunicación de un evento local.